domingo, 23 de agosto de 2015

Orgullo villano Por Gurutze Beitia -



Adorables villanos ya he llegado, ya estoy aquí. Y he venido para quedarme. Permítanme que me presente. Soy Gurutze Beitia, cómica de la vida y de profesión, que tiene el inmensísimo honor de ser la pregonera de Aste Nagusia 2015. Un orgullo y un placer.


A lo largo de estos nueve días de jolgorio intentaré contarles en estas páginas de DEIA las andanzas y desventuras por esta nuestra villa de esta humilde pregonera. Y puedo empezar por decirles que nunca, nunca... nunca jamás en mi vida he sentido lo que sentí saliendo al balcón de mi Arriaga -porque lo siento como parte de mi familia- y ver a miles de personas atendiendo a mi pregón.


No les miento si les reconozco que estaba hecha un flan. Pero de esos que no han terminado de hornearse y que tiemblan a cada movimiento del plato. ¡Miren que tengo tablas sobre las tablas! Pues lo del pregón es otra historia.


Los últimos días he pasado muchas horas pensando en qué decir y tenía un poco de miedo a que mi mensaje fuera el correcto, a no olvidarme de nadie, a... Vamos, que estaba histérica. Y abrirse el balcón y salir y ver a la gente allí abajo... No tengo palabras. Ni tan siquiera cuando presenté los premios Max en el Euskalduna (pss... que lo emitía Televisión Española para todo el mundo, no se crean), ni tan siquiera entonces tenía ese nervio instalado en el estómago.



Me preguntaban por el Arriaga que cómo estaba y yo no podía casi ni hablar. Como si me hubiera metido un psicotrópico, oyes. Drogada.


Pero bueno, todo salió bien, que es lo importante, y la gente me ha felicitado. Me he acordado mucho hoy de mis amigos, teatreros como yo, que ya no están entre nosotros. ¡Cómo disfrutarán ellos también todos juntos de esta Aste Nagusia! Aitor Mazo, Alex Angulo, Marilu Díaz...


Ah, bueno, y qué son unas fiestas de Bilbao sin un buen chaparrón, ¿eh? Pues de eso también tuvimos. Lástima que hubiera que acortar la apertura de las txosnas por la tromba de agua que cayó. Pero bueno... Hay más días (y noches) por delante, ¿verdad, mis queridos villanos?


Así que con el cielo cayéndose sobre la villa, pensé que lo mejor para este primer día era retirarme prontito. Ver los fuegos y a casa. Zintzo, zintzo.


Bueno, villanos míos. Comienza mi nueva vida. Solo deseo estar a la altura de lo que ustedes esperan de mí. Nos veremos, sin duda, mucho durante estos nueve días. Yo estaré aquí para todos ustedes. No olviden que soy su pregonera. Un orgullo y un placer.


 Gurutze Beitia






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