viernes, 4 de septiembre de 2015

Los secretos del carácter bilbaíno con Luis de la Herrán

Los secretos del carácter bilbaíno con Luis de la Herrán

Hacerse amigo de un bilbaíno es amistad asegurada


Mucho se ha hablado del carácter bilbaíno. Tenemos una fama mundial que nos cataloga como fanfarrones, generosos, cabezotas, orgullosos y buenos amigos, aunque un poco burros.


Para poner luz sobre este asunto, entrevistamos a Luis de la Herrán Gascón. En su condición de psicólogo, mediador, escritor y sobre todo bilbaíno, seguro que nos podrá ayudar a resolver algunas dudas.



Escuchar entrevista (postcast):



 

El carácter bilbaíno da mucho juego ¿Como lo definirías?


La verdad que los bilbaínos nos definimos a nosotros mismos. Hay ciertos estereotipos que van unidos a nacer aquí en el botxo, como pueden ser la generosidad, el altruismo, un puntito de chulería pero bien entendido o no dar importancia al dinero.


Creo que son estereotipos sociales que muchas veces se cumplen y tienen veracidad. Pero otras veces son más el “chiste” o la “gracia” de ponernos a los que hemos nacido en esta zona un calificativo. Como a los catalanes se les pone de rácanos o a los andaluces de vagos.


Así que está un poco magnificado…


Yo creo que está un poco magnificado, pero realmente vas tirando de ejemplos y alguno encuentras. Por ejemplo encuentras a una cuadrilla tomando unos txikitos en el Casco Viejo en Somera y alguno dice el “¡Pago yo y pago yo!” y aunque otro vuelva a pedir sigue pagando él.


Así que ciertas cosas que sí se cumplen. El otro día hablando con una amiga me decía que son estereotipos y que no se cumplen del todo. Le dije, claro, entonces como el de los catalanes que no son tan rácanos. Así que ella dijo, bueno, no sé yo…


¿Por qué estamos tan orgullosos de ser de Bilbao? Hay pocas ciudades en el mundo con tanto sentimiento de identidad.


Sí, la verdad es que en muchas ciudades que no tienen un gran sentimiento de identidad. Pero Bilbao es una de las que más tiene. Desde el punto de vista psicológico, las personas necesitamos sentirnos pertenecientes a un grupo determinado.


Yo conozco a muchas personas que socialmente hablando por ejemplo, tienen una falta de apoyo de red social: es decir tienen pocos amigos o tienen familiares que no les apoyan demasiado. Pero cuando encuentran un grupo, ya sea de tiempo libre, de trabajo o de lo que sea en el que se sienten identificados, o incluso una causa espiritual o religiosa (que también hay unos cuantos), se involucran como si les fuera la vida en ello.


Entonces ¿qué pasa? Que las personas necesitamos tener un sello de identidad. Así que el bilbainismo o ser de Bilbao parece que está como muy marcado. Es como libro de instrucciones muy claro. Yo creo que eso ayuda a sentirse perteneciente a un grupo.





Y qué grupo más grande en Bilbao que el de los aficionados al Athletic. ¿Es el Athletic la máxima expresión del bilbainismo?


Yo no diría la máxima expresión, pero sí que es una expresión que mueve mucho. El tema del Athletic de Bilbao toca mucho  las emociones de mucha gente. Cuando a la gente le tocas su sentimiento de pertenencia, está a gusto, se siente bien y contenta les estás amarrando de alguna manera. Pero la gente que es muy fan del Athletic dice que es “más que un club” como el Barça.


Al final ya en estas creando una afición no a que unos metan un gol, o un penalty, sino a una identidad y a un sentimiento que va mucho más allá. Es como el chiste “Yo no soy de Bilbao, Bilbao es mío”. Entonces es como “el Athletic es mío”, es algo más allá. Eso está bien porque nos une y crear un grupo de pertenencia.



Lo “malo” es que ese sentimiento, cuando hay otras demandas sociales, por ejemplo temas de igualdad social o justicia, parece que no nos aparece y no nos movemos tanto. Yo creo que la clave es que no nos toca tanto la emoción y el sentimiento.



Nuestras fama de generoso ¿sigue vigente aún en tiempos de crisis?


Yo creo que más aún en tiempos de crisis. El otro día pululaba por el facebook o alguna red social una portada de Expansión modificada en la que ponía algo así como “Una cuadrilla de txikiteros pone bote para el rescate de España y sobran mil euros”.


Creo que en esta época hay que ser incluso más generosos. Yo creo que la gente lo sigue siendo a pesar de la crisis.


Lo que ocurre es que en los medios de comunicación nos bombardean mucho con la crisis. La crisis y lo mal que nos va a ir, la falta de un montón de cosas y noticias negativas. Parece que la tendencia es a no gastar, a no salir de casa, a cerrar…


…Pero luego ves los bares llenos


¡Exactamente! No sé cómo serán otras ciudades porque he ido poco, pero tú vas al Casco Viejo y realmente están los bares a tope. Ayer a la tarde habían abierto un bar nuevo y estaba hasta la bandera. Y estaban venga a dar pintxos.


El día que no haya gente en los bares en Bilbao es que se acaba del mundo…


Puede ser. Desde luego el tema bar es un tema que la crisis se la pasa por encima del aro.


Otra nuestras cualidades es el querer hacer todo lo grande o intentar imposibles: El famoso “¡A que no hay huevos de hacer esto!”. ¿En nuestras vidas debemos marcar los objetivos tan ambiciosos?


En nuestras vidas yo creo que no, pero para divertirnos creo que si. El carácter del bilbaíno también es muy chistoso, muy de risas, de juegos y de tonterías. Como el chiste del bilbaíno que trae a un catalán a ver Bilbao y cuando están en el Guggenheim el catalán ve a Puppy y dice: “¡Y ese perro!”


Y responde el de Bilbao: “¡Pues fíjate en la casita que le hemos hecho al perro…!” Pero eso está bien: el querer hacer las cosas lo grande. Pues que hay que hacer un campo de fútbol, pues se hace a lo grande.


Es un carácter generoso y abierto. Yo creo que eso es positivo para la gente. Somos personas muy abiertas, también somos acogedores para la gente de otros sitios, lo cual es una seña en de identidad muy positiva para los bilbaínos: generosos y sinceros. Hacerse amigo de un bilbaíno es amistad asegurada.


Vamos, que ser bilbaíno es bueno para la salud


¡Desde luego!


También tenemos una fama de burros y de arreglar las cosas a tortas. Como mediador ¿es cierta esa fama?


Yo creo que no. Lo de ser un poco burros, un poco bestias sí. Lo de llegar a las manos yo creo que no
Los bilbaínos no tenemos ese carácter de violencia. Al revés, tenemos un carácter con el que arreglamos las cosas hablando, o con un vinito. O comiendo en la mesa, ahí seguro que arreglamos las cosas. Pero a base de golpes no nos arreglamos ni los bilbaínos ni nadie en el mundo.


La rebeldía también es un rasgo que nos caracteriza. Pero ¿no está nuestra sociedad algo dormida? Es decir salimos a la calle con las victorias del Athletic, pero no tanto para reevindicar causas sociales. Y también en mucho menor número en comparación a los años 80, por ejemplo.


En general el pueblo bilbaíno es un pueblo que reivindica y sale a la calle. Quizá desde el punto de vista de la justicia o la igualdad social salimos menos de lo que a algunos nos gustaría, eso puede ser.


Pero en general es un pueblo que protesta bastante, se queja y se hace notar. Quizá en otros sitios de España y del extranjero no hay tanta cultura de calle como aquí. A la gente de fuera también le llama la atención que se viva tanto en la calle. La semana pasada estuve dos días seguidos, uno en Donosti y otro en Vitoria y la diferencia también se nota en el propio País Vasco: en Donosti por ejemplo había mucha más gente por la calle que en Vitoria.


Cada perfil de gente y la geografía te facilita la vida de calle. Te facilita las relaciones sociales, que siempre es positivo. En los países nórdicos por ejemplo a las cinco de la tarde no hay luz y ¡no sale ni Blas! Entonces el nexo social que nos une a la gente para protestar o celebrar aquí puede ser un poco mayor.


En los últimos veinte años Bilbao ha cambiado completamente ¿Hemos cambiado también nosotros con la ciudad?


Yo creo que sí. El bilbaíno en general se ha vuelto un poco más abierto a otras culturas. Antes ya lo era, pero ahora un poco más. Nos estamos dando cuenta que hay más mundo a parte de Bilbao y que no somos el ombligo del mundo. También que hay otra gente interesante y diferente que nos aporta otros puntos de vista.


En los últimos veinte años el aumento de turismo de extranjeros, de gente de fuera de España ha sido muy alto. Por ejemplo hace 25 años era muy difícil encontrarse un chino por las calles de Bilbao.


 Ahora ver a una persona de otra cultura es más habitual. Nos acostumbramos y nos enriquecemos porque tenemos otro punto de vista.


Yo creo que no hay que confundir al bilbaíno con el nacionalista acérrimo. Hay un dicho que dice que “el nacionalismo se cura viajando”. Yo pienso que sí. Me explico: hay que abrirse un poco al mundo pero sin olvidar nuestra identidad y nuestra historia.


Eso sí, si yo voy a Málaga y me voy a comer un pescadito a la playa y no voy diciendo que sean las sardinas de Santurce, porque quiero ver otras cosas y enriquecerme. Por ahí hay cosas muy buenas, no voy a decir que tan buenas como las de Bilbao, pero bueno, un poquitín.


Por último tú también tienes un blog ¿Cómo se llama y de que hablas en él?





El blog es Psicología en Bilbao y realmente la función de ese blog es dar a conocer pequeñas noticias, pequeños comentarios o contar eventos de psicología como congresos o investigaciones importantes.



También temas un poco más livianos como temas de vacaciones y familia. Ir un poco informando y “formando” a la gente en temas de las emociones, de cómo nos conocemos a nosotros mismos, de cómo nos comportamos, de cómo nos relacionamos con otros, de los problemas o no problemas que podemos tener a nivel de pareja, individual, o con otra gente.


Todo de una manera lúdica y sobre todo muy cortita no se tarda más en treinta segundos el leer cada entrada y eso pretende ser algo un poquito más ameno, pero que tiene que ver con la psicología y con Bilbao.



Muchas gracias a Luis. Si le queréis seguir su blog es psicologiabilbao.es





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