miércoles, 31 de marzo de 2021

No hay pandemia que pueda con el 12 rojiblanco

 

 

  No hay pandemia que pueda con el 12 rojiblanco    

 

 Más de un centenar de comercios empujan al Athletic en sus finales. "El sueño de las Finales se vive en bilbaoDendak". Más de un centenar de comercios de todo Bilbao empuja durante estos días al Athletic en apoyo a las dos finales de Copa que juega en Sevilla este sábado y el 17 de abril. Una situación única en la historia.

 

* *

 

 El Athletic está presente en toda la ciudad y los comercios de la villa muestran sus mejores galas rojiblancas en sus escaparates dentro del Concurso Bizi Ametsa, que organiza bilbaodendak con el Athletic Club, y en colaboración con Gobierno Vasco, Ayuntamiento de Bilbao y Cámara de Comercio.

 

 

Hincha Bilbaino / Especial Tertulias "Coperas" / Cantaron la última copa (1984) /

 

* *

 

 Los periodistas Pedro Mari Goikoetxea, Juan Carlos Latxaga, Fede Merino y Pelayo Serrano recuerdan la consecución de la Copa del Rey de 1984, la última ocasión en la que el Athletic Club se proclamó campeón tras ganar (1-0) al F. C. Barcelona de Menotti, Maradona y Schuster.

 

 



 

sábado, 20 de marzo de 2021

Los jardines públicos más bellos de Euskadi

 

Los jardines públicos más bellos de Euskadi


Coches, tecnología, humo, gente, ruido… así son las ciudades del siglo XXI. En ocasiones necesitamos escapar del bullicio y la hiperconexión de las urbes. Por ello queremos darte a conocer los jardines de Euskadi más bellos. Te animamos a recorrerlos, a concederte un tiempo para reflexionar y relajarte mientras entras en conexión con la naturaleza. Sigamos el ejemplo de Ortega y Gasset: “He reducido el mundo a mi jardín y ahora veo la intensidad de todo lo que existe.”

 

Jardín Botánico Ramón Rubial (Barakaldo)

 

 

Este jardín de Euskadi se encuentra en el centro de Barakaldo y cuenta con más de 300 especies provenientes de todo el mundo. Un espacio semicircular inaugurado en 2002 que es obra del arquitecto Ángel de Diego Rica. Está dedicado a Ramón Rubial, uno de los políticos más importantes de la región. Lo que hace singular a este lugar es su vegetación estacional, que divide el lugar en cuatro, de modo que en cada época del año florece una de sus partes. El visitante cuenta con visitas guiadas y un Aula de la Naturaleza que alberga exposiciones de gran interés.

 

Jardines de Alderdi Eder (San Sebastián)

 

 

Alderdi Eder significa “lugar hermoso” en euskera, lo cual define a la perfección este antiguo campo de maniobras militares situado junto a la playa de La Concha y al Ayuntamiento de San Sebastián. Hoy en día las armas han sido sustituidas por plantas de todo tipo, desde palmeras a tamarindos, cortesía del Emperador de Japón. Las farolas modernistas y el tiovivo son dos de los elementos clave de un conjunto que hunde sus raíces en la Belle Époque. Se trata de uno de los jardines de Euskadi más bellos, sin lugar a dudas.

 

Jardines de Miramar (San Sebastián)

 

 

Sin salir de San Sebastián nos encontramos con esta joya de gran valor paisajístico del siglo XIX. Se construyó para albergar a la familia real en tiempos del reinado de Maria Cristina. El edificio de la Casa de Campo es de estilo inglés y la superficie del parque abarca 34.136 m² proyectados por Pierre Ducasse. Este jardín de Euskadi es un lugar perfecto para observar la bahía entre senderos de césped, árboles y flores.

 

Jardín Botánico Iturraran (Zarautz)

 

 

Este templo de la botánica que se encuentra en Zarautz cuenta con 25 hectáreas pobladas con una colección de 5.500 táxones, entre plantas de diferentes lugares del mundo y autóctonas. Data del 1986 y desde entonces se han ido añadiendo nuevas especies, el resultado son ocho zonas diferenciadas que se pueden recorrer a través de una red de senderos de 3,5 km de longitud. En este jardín de Euskadi podremos admirar robles, arces, rosales, olmos, bambúes y mucho más.


Jardín Botánico Santa Catalina (Trespuentes, Álava)

 

 

El último de nuestros jardines de Euskadi rodea un monasterio del siglo XIII, que le da nombre. Situado en la localidad de Trespuentes (Álava) a unos 600 metros de altitud, cuenta con mil especies procedentes de los cinco continentes y reúne las condiciones perfectas para contemplar las estrellas. Además, cuenta con exposiciones sobre apicultura y cursos sobre reconocimientos de aves y plantas medicinales. ¿Te apuntas? 

 

Los jardines públicos más bellos de Euskadi   

 

 


 

jueves, 18 de marzo de 2021

Los astilleros Euskalduna: Una guerra contra el Estado

 

 

 Los astilleros Euskalduna: Una guerra contra el Estado

En 1984 el gobierno socialista cerró el astillero Euskalduna, los trabajadores declararon la guerra, Bilbao se convirtió en una ciudad sitiada y un trabajador perdió la vida…

 

 Documental del programa La Caja Negra: En 1984 el gobierno socialista cerró el astillero Euskalduna, los trabajadores declararon la guerra, Bilbao se convirtió en una ciudad sitiada y un trabajador perdió la vida...


*
 
 

Valor didáctico Excelente documental sobre un problema cuyas consecuencias aún se ven hoy día y que da voz a los distintos sectores implicados en el conflicto.
 
 
Según el socialista Ramón Jáuregui, delegado del gobierno en Euskadi en 1984, no eran astilleros competitivos, porque en países como Corea del sur se producía más barato y los españoles solo sobrevivían por ser empresa pública. 
 
 
Los trabajadores opinan que sí que lo eran y que se cerró por intereses urbanísticos y porque no se quería cerrar otros como el de Sestao o los de Andalucía - región con mucho voto socialista-.
 
 
 Jáuregui alega que si bien los terrenos se usaron luego para situar el Guggenheim y otros edificios, en el año 84 esa posibilidad no se veía aún. La masiva contratación en los 70 sobredimensionó la empresa
 
 
. Afectaron las crisis del petróleo del 73 y 79. El sindicato UGT, vinculado al PSOE, apoyó los planes del gobierno. Los astilleros estaban situados en el centro de la ciudad, por lo que la batalla se producía en torno al puente de Deusto, afectando a la población que tenía que cruzar ese puente. 
 
 
Los manifestantes empleaban tácticas cercanas a la guerrilla urbana pues usaban grúas, hacían barricadas y disparaban con tiragomas contra los botes de humo y las pelotas lanzadas por la policía, que incluso llegó a emplear fuego real.
 
 
 El obrero Pablo González muere de un infarto en los enfrentamientos, siendo heridos además otros 2 trabajadores. 
 
 

 
 
Ese año se produce el asesinato en Bilbao del político de HB Santi Brouard por los GAL, lo que aumentó la tensión en la ciudad. El 28 de diciembre finaliza el conflicto con la aceptación de ir al Fondo de Protección de Empleo - con 3 años en el paro y luego una supuesta recolocación-, prejubilarse o seguir trabajando en el astillero que funcionó a medio gas hasta 1988.
 
 
 
 
 Según Jáuregui se hizo lo menos traumático que se pudo, invirtiendo el Estado un billón de pesetas para los trabajadores. 
  
 
 
Mientras que unos defienden el nuevo Bilbao con museos, palacios de la música y una ría limpia, otros añoran una ciudad industrial y no de mileuristas hecha para disfrute del turista
 
 
 
 

 

martes, 9 de marzo de 2021

Bilbao: la ciudad gris que se transformó en verde

 

La evolución ha dejado de ser una teoría exclusivamente biológica para, poéticamente, ajustarse a una realidad gobernada por las creaciones artificiales antropogénicas, que parecen haber interiorizado más que ningún otra esa máxima de “adaptarse o morir”.

 

Ejemplo de ello son las ciudades, que a lo largo de los años no han cesado de incorporar o eliminar elementos y edificaciones con el fin de adaptarse a las necesidades de aquellos que las han habitado casi desde su nacimiento como especie.

 

Si en el pasado la tendencia obligaba a las ciudades a construir elementos defensivos para luego eliminarlos en favor de un mayor espacio en el que se pudieran construir mercados, factorías y carreteras, en la actualidad se inclinan más bien por incorporar los ingredientes necesarios que sacien la sed de la sostenibilidad.

 

A lo largo y ancho de la geografía española podemos encontrar ciudades que han conseguido adaptarse a esta nueva demanda intangible, como es el caso de Benidorm, pero muy pocas que lo hayan hecho en un tiempo tan reducido y con resultados tan sorprendentes como es el caso de Bilbao.

 

La capital de la provincia de Vizcaya se fundó y desarrolló durante el siglo XIV utilizando a la ría del Nervión como elemento vertebrador de crecimiento y base de su futura conversión hacia una ciudad mercantil en el siglo XVI. No obstante, su gran transformación llegó tras la Revolución Industrial y con la cada vez mayor apuesta por el sector siderúrgico como motor económico de la urbe.

 

 
Muchas de las fábricas tuvieron que cerrar tras la crisis

 

Esa elección, si bien trajo prosperidad económica a la ciudad durante más de 100 años, al final les pasó una enorme factura con la llegada de la segunda crisis del petróleo a finales de los 70, que desquebrajó los cimientos de la industria siderúrgica en la región vasca.

 

De la noche a la mañana, los márgenes de la ría llenos de vida que habían caracterizado a la urbe vasca dieron paso a una estampa totalmente desoladora: las fabricas cerradas eran la decoración predilecta de la ciudad, aderezadas con los tonos grises de las vías férreas abandonadas y el hedor y contaminación de una ría que tras el cese de la actividad manifestaba así los excesos de años viviendo de espaldas hacia ella.

 

Como detallan los expertos, “fue en ese momento cuando los habitantes se dieron cuenta que la ciudad se había diseñado por y para la industria en vez de para sus ciudadanos y, por ese motivo, era necesario iniciar un proceso de reconversión para que la ciudad pudiera adaptarse al nuevo contexto que estaba viviendo”.

 

Aquel proceso se inició a finales de la década de los 80 amparado bajo el paraguas de la imperiosa necesidad de cambio, que fue capaz de ir paso por delante de los problemas económicos y sociales de la época, y enfocado dos ejes fundamentales: la remodelación urbanística y la reconstrucción ambiental.

 

 
El metro se construyó pensando en los habitantes y con un diseño vanguardista acorde con el nuevo Bilbao

 

La construcción del metro fue, sin duda, uno de los estandartes del primer eje. Antes de la recesión, Bilbao no era más que un amasijo de calles preparadas para los vehículos que necesitaban desplazarse y estacionarse para finalizar su trayecto en los debidos puestos de trabajo.

 

Aquel panorama tenía que ser eliminado y, por ese motivo, se planteó la construcción de un nuevo tipo de movilidad en el que el metro estuviera a la vanguardia, del mismo modo que pasaba en Madrid o Barcelona, y con el que se pudieran conectar los demás municipios que configuran lo que se conoce como el área metropolitana de Bilbao.

 

Tras un ajuste del presupuesto y del proyecto -que en un principio contó con siete líneas-, en 1988 se dio el pistoletazo de salida, manchado, eso sí, por las críticas de las otras caras del sector del transporte que vieron el metro como una amenaza más que como el inicio de una transformación.

 

No obstante, las críticas poco a poco se fueron transformando en éxito: tras un año de puesta en servicio, el número de viajeros se duplicó y prácticamente se triplicó en el siguiente, lo que produjo una modificación de los hábitos de movilidad en las zonas servidas, con una disminución neta del uso del vehículo privado.

 

Los ecos de este triunfo repercutieron casi de manera inmediata en la superficie ya que, al cambiar los hábitos en el transporte, la ciudad se pudo modificar priorizando áreas peatonales, verdes o aquellas que apostasen por una movilidad más sostenible, como es el caso del tranvía.

 

A su vez, el nuevo espacio que se ganó en la superficie propició la aparición de una renovada edificación vanguardista que, además del velar por el bienestar de los ciudadanos, sentó las bases del nuevo motor de desarrollo basado en el sector terciario. La reconstrucción de la Abandoibarra, impulsada por Bilbao Río 2000, es uno de los mejores ejemplos para ilustrar este cambio.

 

La misión era transformar una zona ocupada por el puerto, una estación de contenedores y el Astillero Euskalduna en un distrito totalmente distinto, donde el verde imperase frente a los colores del hormigón. Tras 200 millones de euros de inversión y varios años de trabajo, el símbolo del nuevo Bilbao pudo al fin erigirse.

 

Ahora aquel lugar está presidido por la Torre Iberdrola, icono de los negocios de la ciudad, un espacio de 115.000 metros cuadrados de zonas verdes y, sobre todo, el museo Guggenheim, que marcó el renacimiento cultural de Bilbao no solo dentro de nuestro país, sino también a nivel internacional.

 

Mientras todo este proceso se llevaba a cabo, de forma paralela comenzaron los preparativos para lograr la recuperación ambiental del Bilbao, concretamente la de su ría, que había sido maltratada por la actividad industrial. La misión era impulsar de nuevo la vida acuática en la ría y recuperar las playas interiores, al tiempo que se lograba alcanzar los niveles de saneamiento existentes antes del impulso de la siderurgia.

 

Este proceso de saneamiento urgente no fue el único objetivo, ya que a lo largo de la ría se fueron ejecutando más reformas que recordaron la tradición mercantil, la movilidad sostenible en sus aguas y la protección de la ciudad frente a futuras inundaciones, debido a que en 1983 sufrió una importante inundación que, en parte, fue el detonante del cambio.

 

Una nueva ciudad

 

A pesar de las trabas impuestas, sobre todo durante los años de recesión, el proceso de reconversión de Bilbao fue todo un éxito tanto a nivel nacional como internacional. De hecho, desde la década de los 90 la ciudad ha sido protagonista de innumerables congresos y premios, como el galardón Lee Kuan Yew de Singapur, considerado el premio Nobel de las ciudades.

 

Más recientemente, Greenpeace ha catalogado a Bilbao como la ciudad más sostenible de España, atendiendo al grado de compromiso del gobierno local por el medio ambiente y al estado de la movilidad.

 

 
El tranvía es uno de los muchos medios de transporte de los que gozan sus habitantes

 

Según la organización no gubernamental, la capital vizcaína es líder en movilidad sostenible gracias a un modelo que coloca la movilidad peatonal en el centro de la vida urbana: “Tras una profunda transformación urbana en las últimas dos décadas, centrada en la consolidación y la proximidad, actualmente un 64% de los desplazamientos en la Villa de Bilbao se realizan a pie, mientras que el uso del vehículo privado es solo del 11% y baja año tras año”, señalan.

 

La nueva ciudad de Bilbao destaca por su avanzada movilidad sostenible

 
En este aspecto, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) afirmó hace unas semanas que Bilbao es la ciudad con más calles peatonales en nuestro país, algo que, además de ser un síntoma de su buena gestión en materia de movilidad sostenible, muestra su compromiso con la salud pública de sus habitantes.
 

Del mismo modo, desde Greenpeace informan que se trata de una ciudad con una amplia oferta de transporte público y que, aunque aún queden desafíos por pulir -como la promoción de la bicicleta- sus planes de movilidad se mantienen a la vanguardia incluyendo sistemas de participación ciudadana y acción en la movilidad de género.

 

En este sentido, hay que recordar que el proyecto de la ciudad de Bilbao se definió como un proyecto “sin evento”, es decir, sin una fecha de finalización, lo que ha permitido reinventar a la ciudad constantemente, sobre todo en materia de movilidad sostenible con su Plan de Movilidad Urbana Sostenible de Bilbao (PMUS) 2016-2030.

 

“Nos importa la movilidad. Pero por encima de ello, nos importa la calidad del aire y la reducción de la polución acústica. Nos importa reducir la siniestralidad y mejorar la accesibilidad. Queremos unir barrios y mejorar la comunicación entre ellos. Nos importan las personas”, comentó Juan Mari Aburto, alcalde de Bilbao, durante la presentación de este plan.

 

Una de las últimas medidas aplicadas en esta materia ha sido la limitación a 30 kilómetros por hora la velocidad de todo el tráfico rodado en la ciudad. De este modo, Bilbao se ha convertido en la primera ciudad del mundo con más de 300.000 habitantes en aplicar este tipo de estrategia con la que se espera reducir la siniestralidad y, sobre todo, cambiar aún más los hábitos de movilidad y reducir la presión ambiental.

 

Por supuesto, esta medida suscitó numerosas críticas. Sin embargo, la experiencia parece indicar que terminarán convirtiéndose de nuevo en éxitos. El proceso de adaptación es así: el miedo a lo desconocido levanta rechazo, nublando la idea de que tal vez ese cambio es la diferencia entre esa “vida o muerte”.