SON LAS NUEVE de la mañana y la plaza frente al Guggenheim
está casi desierta.
Aún falta una hora para que el museo abra sus
puertas y convierta esta zona de Bilbao en un hervidero de turistas.
Frente al edificio de Frank Gehry, Puppy, la mayor estatua floral del
mundo, espera paciente a los visitantes.
Están regando su pelaje vegetal
y el agua resbala por su papada de hiedra como si acabase de beber. De
pronto en su costado se abre una portezuela de un metro de altura
cubierta de tagetes y begonias y emerge un jardinero.
Kepa Sutil, de 59
años, lleva unos 10 cuidando de esta obra del artista norteamericano Jeff Koons
y ha participado en todos los cambios de flores que se realizan dos
veces al año. “El problema de Puppy es que es un cultivo intensivo de
38.000 plantas en la calle
. Está a merced del calor, la lluvia, el viento…, y eso no lo puedes controlar”, explica. Sutil se turna con un compañero para atender al cachorro cada día del año.
Vista de Puppy con el Museo Guggenheim al fondo.
Puppy llegó a Bilbao en 1997 unas semanas antes de que se inaugurase el Guggenheim.
Hay una leyenda popular que dice que el paso de la obra
por la capital vasca iba a ser temporal y que fueron los ciudadanos con
su insistencia los que lograron que se quedase permanentemente
custodiando el edificio.
“La gente llamaba al museo pidiendo que se
quedase.
Pero lo cierto es que desde el principio fue una adquisición
para la colección del museo”, desmiente la comisaria Lucía Agirre, que
en 2015 estuvo al frente de la retrospectiva de Jeff Koons ofrecida por
la institución.
De aquel año es una entrevista en la que el artista
estadounidense agradecía la acogida que su obra tuvo en la ciudad:
“Estoy absolutamente emocionado por la forma en que la comunidad ha
abrazado la pieza, y han sido capaces de encontrar un lugar en sus vidas
para ella”.
La carrera de Koons atravesaba un momento delicado cuando presentó a Puppy. El artista americano venía de la polémica serie Made in Heaven,
en la que aparecía retratado en escenas eróticas con la que por
entonces era su mujer, la actriz porno Cicciolina.
El enorme cachorro de
West Highland white terrier (la misma raza que su propio perro) se
instaló por primera vez en un palacio del siglo XVIII en Bad Arolsen
(Alemania) durante una de las citas más importantes del mundo del arte
contemporáneo, la Documenta de Kassel.
Su diseño floral estaba inspirado
en los jardines barrocos. “Gustó a la crítica y al público. Se
convirtió en un icono. De ahí viajó a Australia y de allí vino a
Bilbao”, explica Agirre.
La estructura de esta obra de 12 metros de altura y 15 toneladas de
peso se adaptó para su estancia permanente en Bilbao. Desde su interior,
un habitáculo de paredes de metal con cinco pisos de andamio, se
controla todo el sistema de riego.
Las paredes están formadas por
cajones de turba cubiertos por una rejilla de acero y una malla
geotextil verde. La turba se cambia cada cuatro años, se tarda 20 días.
Las flores en cambio se renuevan cada seis meses, en un proceso que
suele alargarse 10 jornadas en las que participan unos 25 jardineros.
“La planta se siembra expresamente para nosotros en un vivero de Navarra porque es un formato que no se comercializa.
“La planta se siembra expresamente para nosotros en un vivero de Navarra porque es un formato que no se comercializa.
Los cepellones [masa de
tierra que envuelve las raíces al trasplantar una planta] deben ser muy
pequeñitos”, explica Sutil.
Cuando se ha plantado hace poco hay zonas en las que se
puede ver el geotextil, pero pronto las flores lo cubren todo.
Este
verano Puppy viste alegrías, tagetes, lobelias, begonias y agératos.
En
invierno siempre luce pensamientos porque aguantan bien las bajas
temperaturas.Cada modificación de Puppy ha de ser consultada con su autor, Jeff Koons
El contorno de las manchas o los colores responden al minucioso
diseño original, por eso cada cambio que se ha realizado a lo largo de
estos 22 años ha sido consultado con el estudio del autor.
Es el caso de
la barbilla, que al principio estaba también cubierta de flores, pero
se decidió cambiar por hiedra. “En esa zona las plantas no crecían
porque tiene poca tierra y además está boca abajo”, comenta Kepa Sutil.
Dentro del equipo de Koons hay jardineros que lo asesoran en sus
obras vegetales.
Tras Puppy creó Split Rocket, la cabeza de un balancín
infantil mitad caballo, mitad dinosaurio.
“Es un artista muy cuidadoso,
muy perfeccionista en el acabado de sus obras.
Puppy es una pieza en la
que él parte del control y que luego la propia vida descontrola.
Eso es
lo bonito. Es una pieza que transmite esa relación que tenemos con la
naturaleza.
Intentamos controlarla, pero ella sigue su curso”, ilustra
la comisaria.
Las plantas crecen con libertad durante los meses que
pasan entre cambio y cambio.
Sutil cuenta que hay que controlar el abono
para evitar que Puppy llegue a tener el pelo demasiado largo.
“El
verano pasado se nos fue la mano y había zonas en las que las alegrías
tenían casi un metro.
En los flancos del perro habían crecido tanto que
llegaban hasta las patas”, confiesa el jardinero.
https://elpais.com/elpais/2019/08/05/eps
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