La Batalla del Cabo Matxitxako, tuvo lugar un 5 de marzo de 1937 durante la Guerra Civil española.
Este
enfrentamiento entre unos pesqueros y el mejor buque de la armada
española, es un paradigma de los actos heroicos y extraordinarios que
los gudaris vascos realizaron a lo largo del duro tiempo que les tocó vivir. Un suceso terrible del que ya hemos hablado en alguna ocasión.
Esta batalla es un ejemplo de lo que hicieron aquellos arantzales, agricultores, comerciantes, profesionales liberales, estudiantes y obreros, que se unieron a aquel ejército improvisado, sin formación y sin equipamiento.
Un ejemplo de como aquel ejercito de civiles que bajo las ordenes del Gobierno de Euzkdi y del Lehendakari Aguirre, defendió, con heroísmo, la parte peninsular de El País de los Vascos que no quedó bajo el yugo de los delincuentes golpistas que se alzaron contra la República en 1936.
Fueron aquellos hombres y mujeres, al unirse al campo de la Libertad y la Democracia, donde siempre habían estado, los que con su sacrificio, la pérdida de sus bienes, de su libertad, e incluso de su vida, sembraron de futuro nuestra Patria.
Hoy recordamos el 80 aniversario de aquella extraordinaria acción en la que unos bous bacaladeros, armados con pequeñas piezas de artillería, se enfrentaron al crucero Canarias.
Una acción de héroes, que si hubiese pasado en otros lares, habría sido objeto de decenas de libros y de películas.
Pero que como pasó en la pequeña patria de los vascos, apenas queda reflejada en nuestra memoria, con el riesgo de que, incluso, su recuerdo se pierda para siempre.
Hoy no se hablará de esto en los medios de comunicación del mundo, pero nosotros seguimos recordando la serie de acontecimientos que ocurrieron hace 80 años y que son fundamentales para conocer la realidad actual de buena parte de nuestra nación.
Con este recuerdo y homenaje, también queremos recordar y homenajear a
todos ellos y a todas ellas.
A los que defendieron los Intxortas; a los
que recuperaron Artxanda para dar tiempo a los bilbainos a abandonar la
ciudad y escapar de los fascistas; a las mujeres que trabajaron bajo
las bombas; a los niños que tuvieron que abandonar su casa y sus
familias para estar a salvo de los bombardeos salvajes de los salvajes
fascistas; a los gudaris que siguieron luchando contra el fascismo en la
Segunda Guerra Mundial; a los exiliados que se llevaron por el mundo la
llama de la Libertad de Euskadi; o a los que se quedaron en nuestra
tierra y sufrieron la persecución y la opresión de la dictadura.
Todo
ello desde la defensa de la libertad, la justicia y la democracia.
En definitiva, recordamos aquí a todos los que con su esfuerzo
crearon una página gloriosa en la historia de la Nación Vasca y nos
enseñaron el camino a seguir.
A todos ellos, Agur eta ohore.
Marina Vasca – Euskadi
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