CUANDO EN LOS PUEBLOS DE BILBAO SE BAILABA
Si tienes menos de 35
años puede que este artículo te suene a ciencia-ficción o a leyenda
asentada en un imaginario adulterado por el paso del tiempo y la
nostalgia pero nada más lejos de la realidad.
Cuando yo era pequeñito, en plenos años 80, me fascinaba ver a cuadrillas y cuadrillas de jóvenes yendo de los barrios de Santutxu, Txurdinaga, Bolueta y Otxarkoaga al vecino municipio de Basauri.
Una localidad de unos 50.000 habitantes, de caracter urbano y que limita urbanísticamente, la ría y una fábrica metalúrgica de por medio, con Bilbao.
Trenes y buses iban repletos de personas con ganas de fiesta y baile, tantos eran que la mayoría optaban por caminar para acercarse a las dos discotecas, Peoples y Kaiser, y las decenas de bares y pubes que se ubicaban tan cerca de mi casa.
Desconocía que podía pasar allí para semejante alboroto y jarana pero la imaginación se me disparaba por momentos.
De repente, un día, apareció uno de aquellos antiguos buses amarillos de asientos de madera con un enorme cartel publicitario en su lateral con la palabra Peoples en aquella grafia tan original.
Desde ese instante no vi el momento de poder penetrar en aquel templo de la diversión y jolgorio pero, para aquello, todavía tuvieron que pasar unos cuantos años.
Hasta entonces y cada fin de semana Kaiser y Peoples rivalizaban por atraer clientela con musicón, fiestas de la espuma, estriptease integral masculino y femenino, concursos de camisetas mojadas, humoristas y sesiones interminables de DJ...
O eso ponía en la entradas (lo de flyers vino mucho después) que me encontraba de vez en cuando en la calle.
Y como podéis imaginar, mi imaginación desbordaba.
La primera vez que salí de fiesta por Basauri fue un sueño cumplido. Sus calles y plazas rebosaban gentío, sus bares ni te cuento.
Cuando no había ni botellón, aquí eramos de "litros" en verano y "Kinito" el resto del año, la gente acudía a antros como La Perdiz, Jalisco, Las Torres, Dubi, Snoopy y un sinfin de garitos cuyos letreros ha terminado por sucumbir en el olvido.
La cosa es que Basauri era sólo uno de las muchas zonas de marcha en Vizcaya. Las Arenas y su sala Donato, Algorta con epicentro en Gwendoline, Zalla y su Pecados, Llodio y Gacela, Mungia y Circuito, Barakaldo y Anaconda o Santurce y Galos reventaban tardes y noches juveniles.
En sus calles, por las que era imposible transitar, se agolpaban cientos de personas cambiando de local, haciendo cola o tomando el aire porque, ahora que hay limitación de aforo los sitios están vacíos y entonces bailábamos, en muchas ocasiones, como sardinas en lata.
Con los cambios de costumbres, el envejecimiento de la población y el encarecimiento del ocio nocturno la cosa cambió y se inició el desmoronamiento de los fines de semana a todo trapo y la paz y aburrimiento llegó a los hoy vacíos pueblos de Bilbao.
https://larutadelbacalao.blogspot.com/2019/01/cuando-en-los-pueblos-de-bilbao-se.html?fbclid=IwAR3zbFP22ux40efL5IAXf5cEu0NsBPwEyp21nushz4gfYIOqvLcmuY8UwWM
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