Oskar Montero
Historiador y subdirector de estudios
vascos de la universidad de reno (eeuu). Bajo el título ‘Genocidio
cultural en Euskal Herria’, Irujo describió, el pasado miércoles, las
estrategias de genocidio acometidas sobre el territorio vasco durante el
franquismo
¿Podría considerarse al pueblo vasco
víctima de genocidio? El historiador y filólogo Xabier Irujo Amezaga
apunta en esa dirección, basándose en la definición que el jurista
polaco Raphael Lemkin dio a tal término en 1944: “Destrucción
intencional de un grupo de seres humanos”.
De la mano de Nabarralde y
dentro de la programación de la Semana Cultural de Noáin, Irujo ofreció
una charla el pasado miércoles en la que, bajo el título Genocidio cultural en Euskal Herria,
enumeró y ejemplificó las ocho estrategias de genocidio sufridas en el
periodo del franquismo y postfranquismo en el territorio vasco:
cultural, religioso, económico, físico, social, político y moral.
“Encontramos ejemplos de sobra en cada
una de las ocho estrategias que se consideran genocidas”, subrayó,
“pero, sobre todo, lo que hace que el genocidio se considere como tal es
la intención premeditada de destruir dicho grupo”. Algo que, consideró,
“es muy difícil de probar jurídicamente”.
El también subdirector de
Estudios Vascos de la Universidad de Reno (Nevada, EEUU) ya había
planteado esta cuestión en el libro Genocidio en Euskal Herria
(Nabarralde, 2015), un trabajo en el que plantea “una afirmación que
aunque de difícil asimilación por parte de los estados-agente, supone
una respuesta contundente y un nuevo paradigma histórico para el pueblo
vasco”.
‘Genocidio en Euskal Herria’ es un título, como mínimo, inquietante. ¿Qué entendemos por genocidio y cuál es su acepción exacta?
-Por lo general se entiende que
genocidio es el extermino de un grupo de personas. En ocasiones se
establece que genocidio es un delito en virtud de la legislación
internacional. En ocasiones se hace referencia al genocidio como el
asesinato sistemático de un nutrido número de seres humanos. Pero éstas
son definiciones parciales de este concepto acuñado por Lemkin. Un grupo
de seres humanos, que es una nación o un grupo humano que participa de
una misma identidad colectiva, puede ser destruido físicamente, mediante
el asesinato de todos o muchos de los individuos que lo componen.
Este
hecho se denomina “genocidio físico”. Pero no es necesario exterminar a
un grupo humano para hacerlo desaparecer.
¿A qué tipo de estrategias se refiere?
-Existen al menos otras siete
estrategias de destrucción de un colectivo humano. Si la religión es,
pongamos por ejemplo, lo que mantiene unido y caracteriza a dicho
colectivo, la prohibición de un culto determinado y su sustitución por
el culto propio del agente genocida es lo que Lemkin denominó “genocidio
religioso”.
¿La lengua podría ser, por lo tanto, otro de los elementos susceptibles de ser atacados?
-Sí, si es la lengua lo que caracteriza a
una nación, el intento de destrucción de un grupo humano mediante la
criminalización de su lengua, mediante la prohibición de hablar esta
lengua en público o en privado y, a su vez, mediante la imposición de la
lengua del grupo al que pertenece el agente genocida, es lo que Lemkin
definió como “genocidio cultural”.
Cuando dicho grupo humano deje de
hablar su lengua habrá sido “destruido” como tal grupo, y una vez
disuelto se habrá convertido en otra cosa. Otras estrategias de
genocidio son el genocidio biológico, económico, social, político y
moral. Por lo general todas estas estrategias se combinan en manos del
agente genocida. En una palabra, genocidio es sinónimo de asimilación.
¿Cómo justifica el hecho de que el pueblo vasco ha sido víctima de genocidio?
-Tal como he procurado dar a conocer en
mi libro, la definición y casuística que Lemkin describe en su obra se
acomoda perfectamente, caso por caso y prácticamente ejemplo tras
ejemplo, a las estrategias utilizadas por los gobiernos totalitarios en
suelo vasco entre 1936 y 1945: gobierno franquista, gobierno alemán,
gobierno fascista italiano y régimen de Vichy.
¿Podría dar algún ejemplo concreto?
-En el terreno de las acciones de
genocidio físico, son muchas las atrocidades que encajan en una
definición de genocidio, entre otras, la persecución de personas por
pertenecer a un determinado grupo humano, la criminalización de la
pertenencia a dichos grupos, las masacres o asesinatos en masa de
miembros de dichos grupos humanos por el mero hecho de serlo, los
arrestos ejecutivos y posteriores juicios sin garantías procesales que
provocaron el colapso de las prisiones, la práctica de torturas u otro
tipo de trato inhumano y, el exilio o movilización de cientos de miles
de personas...
Son algunas de las prácticas típicas de una campaña de
genocidio. Pero, repito, la prohibición de ciertos cultos y la
imposición de otro u otros, las prohibiciones sobre la libertad
lingüística o, en general, la transgresión de los derechos culturales de
las personas que pertenecen al grupo humano que se pretende erradicar,
son prácticas consustanciales a procesos genocidas.
Así como tras la Segunda Guerra Mundial
la celebración de los juicios de Nuremberg supuso un intento de
reparación del genocidio nazi, ¿concluye que sería condición necesaria
una reparación en este caso?
-Independientemente de que el gobierno
español acepte que las atrocidades ocurridas bajo su administración
constituyan o no un caso de genocidio, lo cual no tiene visos de ocurrir
a corto o medio plazo, es de justicia que se pongan en marcha
mecanismos de reparación.
En cualquier caso, si bien el gobierno del
general Franco organizó y dirigió la ejecución de atrocidades en
Hegoalde entre 1936 y 1945 (y hasta 1975), las atrocidades en suelo
vasco fueron ejecutadas bajo la autoridad de al menos cuatro diversos
regímenes a los que se adhirieron varios partidos políticos y
asociaciones, y hasta el momento ni el gobierno italiano, ni el gobierno
francés han asumido la participación de los mismos en la gestión y
ejecución de dichas atrocidades.
las claves
“Si es la lengua lo que caracteriza a una nación, la prohibición de hablarla es lo que se define como genocidio cultural”
“Se acepten o no las atrocidades ocurridas, es de justicia que se pongan en marcha mecanismos de reparación”
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