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Hoy hace 715 años que otorgué la Carta Fundacional o Carta Puebla a la villa de Bilbao.
Con aquella carta, Bilbao pasó de ser una pequeña población a un potente núcleo comercial del norte de la península.
Desde entonces muchas cosas han sucedido; como suele decirse y, aquí, mejor que en ningún sitio: “mucho ha llovido”.
Años de penurias, de guerras, de conflictos, de bonanza, de industrialización, de reconversión, de modernidad… mucha transformación, pero algo no ha cambiado desde entonces.
Son muchos los años que llevo encaramado a este pedestal y me da alegría comprobar que seguís celebrando aquel día de junio en el que os convertisteis en villa. Me emociona vuestro cariño y vuestras muestras de gratitud y admiración.
Ayer, muchos vecinos, vinieron a demostrarme una vez más ese afecto. También acudieron muchos ediles y pude conocer al nuevo alcalde que, espero, regirá la ciudad con gran acierto.
Fue un acto entrañable, con música, dantzaris y una bonita ofrenda floral; además, todos comentaban lo que he rejuvenecido después del “lifting” que me han realizado.
Me despido de todos vosotros hasta el año que viene deseando que sigáis orgullosos de vuestra villa y la encumbréis a lo más alto.
Queridos bilbainos y bilbainas
Hoy hace 715 años que otorgué la Carta Fundacional o Carta Puebla a la villa de Bilbao.
Con aquella carta, Bilbao pasó de ser una pequeña población a un potente núcleo comercial del norte de la península.
Desde entonces muchas cosas han sucedido; como suele decirse y, aquí, mejor que en ningún sitio: “mucho ha llovido”.
Años de penurias, de guerras, de conflictos, de bonanza, de industrialización, de reconversión, de modernidad… mucha transformación, pero algo no ha cambiado desde entonces.
Hay algo que
permanece intacto en el sentir de todos y es el orgullo de saberse
bilbaínos.
Son muchos los años que llevo encaramado a este pedestal y me da alegría comprobar que seguís celebrando aquel día de junio en el que os convertisteis en villa. Me emociona vuestro cariño y vuestras muestras de gratitud y admiración.
Ayer, muchos vecinos, vinieron a demostrarme una vez más ese afecto. También acudieron muchos ediles y pude conocer al nuevo alcalde que, espero, regirá la ciudad con gran acierto.
Fue un acto entrañable, con música, dantzaris y una bonita ofrenda floral; además, todos comentaban lo que he rejuvenecido después del “lifting” que me han realizado.
Me despido de todos vosotros hasta el año que viene deseando que sigáis orgullosos de vuestra villa y la encumbréis a lo más alto.
Firmado:
Don Diego López de Haro, “Dondi”
(como le gusta llamarme a mi amiga
Esme, que por cierto, ha sido ella quién tomó ayer tarde esta foto)
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