El equipo de gobierno de Iñaki Azkuna pretende pivotar el proyecto de soterramiento de la estación de autobuses de Termibus en la recalificación de la parcela de Garellano para permitir que se edifiquen sobre la nueva terminal un hotel de 15 plantas y un centro comercial.
Imagen del espacio que acogerá la nueva estación de Termibus. (Jon HERNAEZ/ARGAZKI PRESS)
En julio de 2012, los responsables municipales tuvieron que reconocer su incapacidad para poner en marcha el proyecto de construcción de la nueva estación de autobuses de Bilbo. Se adujo desde el Gobierno Azkuna que la ausencia de crédito había disuadido a varias empresas de presentarse a un futuro concurso para llevar a cabo las obras a cambio de una concesión para gestionar una infraestructura que el PNV considera «estratégica» para la villa.
Entonces se anunció que el Consistorio revisaría el proyecto. Este martes, en el Consejo Asesor de Planeamiento, se abordará una propuesta de modificación del Plan General en esa parcela de Garellano que pretende ser la alternativa con la que atraer inversores privados. El equipo de Iñaki Azkuna vuelve a fiar la construcción de ciudad, en este caso de infraestructuras básicas, a la recalificación de los usos urbanísticos para que grandes empresas inviertan a cambio de futuras plusvalías.
La solución para tratar de desbloquear esta operación es la recalificación del solar de 12.282 metros cuadrados de equipamiento público a uso terciario comercial en 5.000 metros cuadrados, el 40% de la superficie de la parcela. La propuesta contempla la construcción de una terminal de autobuses con parking y otros servicios bajo rasante y encima, en 5.000 metros cuadrados del área más próxima a la calle Gurtubay, se permitiría ese aprovechamiento lucrativo de uso terciario comercial con una superficie máxima construida de 25.000 metros cuadrados.
Gracias a esa fórmula, quien se haga cargo del proyecto podrá levantar un hotel de 15 plantas, asociado a un centro comercial y un estacionamiento para 350 vehículos, a escasa distancia de San Mames Barria y del campus universitario que pretende conformar la UPV-EHU en la próxima década en el entorno una vez desaparezca el actual campo de fútbol del Athletic.
En el resto de la parcela, libre de edificación alguna, se contemplarían 5.300 metros cuadrados de espacios libres, zonas verdes y equipamientos públicos; la posibilidad de construir un equipamiento público de 5.000 metros cuadrados de techo; y los viales que permitirán los accesos a la futura estación soterrada.
Respecto a la parcela bajo rasante, conservaría el régimen jurídico público actual para albergar los usos de la terminal de autobuses y el aparcamiento asociado, todo ello bajo el régimen de concesión.
Desde la oposición, Bildu denuncia que la manera de gestionar el asunto de la estación «no está siendo clara ni transparente». La edil Aitziber Ibaibarriaga estima que todo lo que rodea este cambio «está muy teledirigido. Es algo que se está negociando a puerta cerrada y mucho nos tememos que con empresas concretas. Se hacen unas bases a la medida de una propuesta -advierten- que una determinada empresa tiene estudiado y está interesada».
Aunque hoy esperan que les aporten más detalles de la propuesta, desde la coalición soberanista ya han anunciado que van a pedir la comparecencia del concejal delegado de Obras y Servicios y de Urbanismo para que aporte explicaciones.
Entonces se anunció que el Consistorio revisaría el proyecto. Este martes, en el Consejo Asesor de Planeamiento, se abordará una propuesta de modificación del Plan General en esa parcela de Garellano que pretende ser la alternativa con la que atraer inversores privados. El equipo de Iñaki Azkuna vuelve a fiar la construcción de ciudad, en este caso de infraestructuras básicas, a la recalificación de los usos urbanísticos para que grandes empresas inviertan a cambio de futuras plusvalías.
La solución para tratar de desbloquear esta operación es la recalificación del solar de 12.282 metros cuadrados de equipamiento público a uso terciario comercial en 5.000 metros cuadrados, el 40% de la superficie de la parcela. La propuesta contempla la construcción de una terminal de autobuses con parking y otros servicios bajo rasante y encima, en 5.000 metros cuadrados del área más próxima a la calle Gurtubay, se permitiría ese aprovechamiento lucrativo de uso terciario comercial con una superficie máxima construida de 25.000 metros cuadrados.
Gracias a esa fórmula, quien se haga cargo del proyecto podrá levantar un hotel de 15 plantas, asociado a un centro comercial y un estacionamiento para 350 vehículos, a escasa distancia de San Mames Barria y del campus universitario que pretende conformar la UPV-EHU en la próxima década en el entorno una vez desaparezca el actual campo de fútbol del Athletic.
En el resto de la parcela, libre de edificación alguna, se contemplarían 5.300 metros cuadrados de espacios libres, zonas verdes y equipamientos públicos; la posibilidad de construir un equipamiento público de 5.000 metros cuadrados de techo; y los viales que permitirán los accesos a la futura estación soterrada.
Respecto a la parcela bajo rasante, conservaría el régimen jurídico público actual para albergar los usos de la terminal de autobuses y el aparcamiento asociado, todo ello bajo el régimen de concesión.
Desde la oposición, Bildu denuncia que la manera de gestionar el asunto de la estación «no está siendo clara ni transparente». La edil Aitziber Ibaibarriaga estima que todo lo que rodea este cambio «está muy teledirigido. Es algo que se está negociando a puerta cerrada y mucho nos tememos que con empresas concretas. Se hacen unas bases a la medida de una propuesta -advierten- que una determinada empresa tiene estudiado y está interesada».
Aunque hoy esperan que les aporten más detalles de la propuesta, desde la coalición soberanista ya han anunciado que van a pedir la comparecencia del concejal delegado de Obras y Servicios y de Urbanismo para que aporte explicaciones.
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