sábado, 14 de abril de 2012

240.000 primaveras florecen en Bilbao * Las calles de la villa anuncian a todo color la llegada de la nueva estación con la campaña de plantación del Ayuntamiento

240.000 primaveras florecen en Bilbao
Dos técnicos replantan un jardín frente al hotel Indautxu

240.000 primaveras florecen en Bilbao

  
Brille el sol o caigan chuzos de punta, la primavera siempre llega. Y con ella, las flores. Exóticas begonias de tallo aterciopelado, aromáticos geranios encarnados y delicadas salvias despuntan por doquier para que a nadie se le escape que la nueva estación ya está aquí. Las 240.000 plantas que abrirán sus petálos en Bilbao entre finales de marzo y el próximo 10 de mayo, sin embargo, no son sólo fruto del milagro de la naturaleza. Como de momento el asfalto no florece, son manos humanas las que se encargan de vestir de color las calles de la villa. Un equipo de técnicos del Ayuntamiento trabaja a diario para que jardineras y parterres hagan honor a su nombre durante esta época del año.
 
El proceso de montaje de este gran jardín urbano da sus primeros pasos en noviembre. Un equipo municipal de jardineros decide cuántas alegrías guineanas despertarán en torno a la fuente de la Plaza Moyua, a qué paleta de colores se apuntará este verano el parque de Doña Casilda o con qué aroma despertará el Sagrado Corazón cada mañana. Conseguir la materia prima es el siguiente paso. Las llamadas a los viveros de plantas se hacen con varios meses de antelación, «para no quedarnos sin unidades a última hora», explican desde el Consistorio. Después, sólo toca esperar a que la primavera toque a la puerta para que siete expertos en el arte se armen de flores y salgan a la calle.
 
La mayoría de los ejemplares se colocan en los 8.600 metros cuadrados de parterres existentes en la ciudad, mientras que 21.000 unidades se disponen en 800 jardineras. «Aunque la plantación comienza siempre por las zonas céntricas de la villa, va extendiéndose hacia la periféria», explican fuentes municipales, por lo que todos los barrios terminan luciendo modelito primaveral.
 
El método de plantación varía en función del escenario, aunque el tradicional -que requiere la retirada de flores de la campaña anterior, el abono y preparación del terreno y la implantación manual- se impone en más del 60% de los casos. A lo largo de este proceso no hay nada que se tire a la basura. «Las unidades que se quitan se llevan a la planta de compostaje del vertedero de Artigas, se reconvierten en compost y se reutilizan», matizan desde el Ayuntamiento.
 
Las nuevas tecnologías, sin embargo, ya se han adueñado del 63% de la plantación, que se lleva a cabo con tepe de flor, una especie de alfombrilla con los ejemplares ya plantados que sólo requiere de un rastrillado y abono previos a la operación. Este novedoso método «permite ahorrar mucho tiempo en la colocación y simplifica la tarea», confirman los técnicos.
 
Cuando la lluvia entorpece su labor, el equipo invierte el tiempo en otras labores secundarias. «Aprovechamos para quitar las malas hierbas, preparar las unidades, limpiar los parterres, tratar el abono...», enumeran los integrantes del equipo.
 
 
 

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