"Todas las proclamas siguen vigentes"
Alrededor de 52.000 personas marchan en Bilbao a favor de una "igualdad real" y "otro modelo social y productivo" en la manifestación feminista del 8 de marzo
Bilbao vuelve a tomar las calles por el 8-M
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"Todas
las proclamas siguen vigente", expuso la bilbaina María Braun, entre
consignas a favor de la abolición de la prostitución o contra la
violencia de género en una marcha en la que se coreó Gora borroka feminista de forma incesante.
Manifestación 8M Bilbao
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Jornada de movilizaciones masivas en Bilbao con motivo del 8 de marzo, organizado por el Movimiento Feminista de Euskal Herria.
Este 8M y el resto del año: “Nos tendréis enfrente!”
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Bilbao –
Ni el hecho de que cayera en el día del señor que creó a la mujer
pecadora ni el temor al contagio del virus que está copando todos los
titulares lograron ayer que la lucha feminista perdiera fuelle.
Alrededor de 52.000 personas, según la Policía Municipal, participaron
en la manifestación convocada en Bilbao por el movimiento para defender
una "igualdad real" y reclamar que "otro modelo social y productivo" es
posible. Antolatu indarrak, batu borroka feministara fue el lema
de la pancarta que capitaneó la gran marea morada que recorrió la Gran
Vía bilbaina, desde Sagrado Corazón hasta el ayuntamiento de Bilbao, a
través de una manifestación reivindicativa con tintes festivos.
"Todas
las proclamas siguen vigente", expuso la bilbaina María Braun, entre
consignas a favor de la abolición de la prostitución o contra la
violencia de género en una marcha en la que se coreó Gora borroka feminista de forma incesante.
Ella se unió a la manifestación con un letrero que rezaba el ya famoso Sola y borracha quiero llegar a casa.
"Es supersimple de entender, las mujeres queremos llegar a casa sin
tener que depender de nadie y en cualquier condición. No tengo por qué
ser la culpable de haber tomado cuatro copas y que alguien me haga
algo", sentenció la joven quien el año pasado se acercó con otro lema: Nos quieren musas porque nos temen como artistas.
"Parece que no cambia nada, se avanza muy poco a poco.
Aunque este año
tenemos a una ministra de Igualdad que es muy feminista y creemos que
puede ayudar y que las medidas que va a tomar van a ser muy buenas",
consideró en alusión a Irene Montero, que ha promovido el polémico lema
del que la joven bilbaina se hizo eco.
Antes
de que la manifestación partiera a las 13.00 horas, diferentes columnas
de mujeres llegaron desde los barrios de Bilbao y otras localidades de
Bizkaia. Cánticos como No son muertes, son asesinatos o Alianza criminal, patriarcado y capital
se escucharon nada más comenzar el trayecto. Naia Torrealdai, portavoz
de Bilgune Feminista, apuntó que este año la movilización central se
hacía a primera hora de la tarde para que se visibilizase la fuerza del
feminismo.
"En el momento en que toma más fuerza y se van dando más
avances los bandos más reaccionarios enseñan sus dientes. Tenemos claro
que vamos a estar de frente, que no pasarán, y que nuestro feminismo
siempre será antifascista y será un proyecto radical en el que aquellos
que hablan de una igualdad falsa no tienen cabida", aseguró.
Vestidas
en su mayoría de negro y con prendas moradas, la marea de mujeres, que
contó con más presencia masculina que otros años, se movió entre
letreros que rezaban No somos histéricas, somos históricas o El patriarcado mata más que el coronavirus a otros lemas más pedestres pero igual de pegadizos como Estoy hasta las tetas de hacerte las croquetas o Mi coñazo mola mazo.
Tras
una de las pancartas, un grupo de adolescentes procedentes de un centro
de menores de Bizkaia acompañadas por una educadora social hizo
constancia de su suma a una lucha que tienen muy interiorizada. "A las
chicas que somos extranjeras nos afecta mucho más, hay gente que nos
rechaza por ser de fuera", reveló una de ellas.
Otras jóvenes marroquíes
recordaron cuál es la situación de las mujeres en su país de
procedencia, donde están completamente invisibilizadas: "La mujer tiene
que estar en casa, limpiando, fregando, cuidando a sus hijos...". Por
ello, declararon que su migración es forzosa: "Venimos a mejorar nuestra
vida".
"La
lucha ahora es mucho más diversa e intercultural", consideraron a
escasa distancia de estas jóvenes Isa Villares y María Solán,
procedentes de Barakaldo, donde las movilizaciones comenzaron a las 8.00
de la mañana. "En los últimos años se ve mucha gente joven, incluso
menores, organizándose, ha habido una revolución. Existe conciencia y
rabia", indicaron.
A juicio de estas mujeres que llevan acudiendo a las
manifestaciones "más de 40 años", "lo importante es la reivindicación,
el año pasado hubo mimbres para hacer una huelga general y el resultado
fue muy potente. El feminismo da espacio a otras luchas. ¿Que otro año
se plantea otro tipo de lucha? Ahí estaremos. No es más ni menos, es
diferente".
Muchas
jóvenes sí, pero también participaron las pensionistas. "Somos
enfermeros jubilados.
Nuestro colectivo ha estado muy feminizado. El
ambiente nuestro es de apoyo siempre", evidenciaron Ave Mari y Aingeru,
un matrimonio que acudió a la marcha en compañía de Bego e Imanol, otra
pareja. "El otro día recordábamos que participamos en la campaña de
solidaridad a favor de las once mujeres de Basauri que fueron condenadas
por abortar en 1976", rememoraron. "Se ha avanzado mucho.
Cuando se
dice que estamos igual no es cierto", añadieron Bego e Imanol, quienes
reivindicaron la importancia de trasladar la lucha al día a día. "Igual
tenemos que coincienciarnos no para venir a una manifestación sino para
hacer la repartición de tareas en el hogar", opinaron.
Al
llegar al ayuntamiento, las integrantes del movimiento feminista
procedieron a la lectura de un comunicado en el que se felicitaron por
"tomar las calles y demostrar que la capacidad de movilización y
organización es enorme".
Asimismo, recordaron que defienden un
"feminismo anticapitalista" y advirtieron que a pesar de los "éxitos" de
los últimos años quedan nuevos desafíos como "hacer frente a un
feminismo vacío de contenidos que, además, quiere aprovechar nuestra
fuerza para convertir el feminismo en objeto de consumo y enriquecerse a
su costa".
No faltaron las reivindicaciones contra el racismo y la
xenofobia, así como al patriarcado que "mercantiliza, maltrata y
violenta " el cuerpo de las mujeres.
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